Pares, Impares y Primos

Había una vez, un reino mágico llamado Númerolandia, donde todo era basado en números. En este reino, había tres tipos de números: los pares, los impares no primos y los impares primos.

Los números pares eran aquellos que siempre tenían un resto de 0 cuando se dividían entre 2. Por ejemplo, el número 4 era par porque 4 / 2 = 2 con resto 0. Entonces el número 2 se dio cuenta de que, aunque era par también era un número primo. El único número par que era primo. Entonces se puso muy contento.

Los números impares no primos eran aquellos que siempre tenían un resto de 1 cuando se dividían entre 2. Por ejemplo, el número 9 era impar no primo porque 9 / 2 = 4 con resto 1.

Los números impares primos (y el 2), por otro lado, eran aquellos que solo tenían dos divisores: el 1 y el mismo número. Por ejemplo, el número 7 era primo porque solo podía ser dividido entre 1 y 7.

Un día, los números pares, impares no primos y impares primos (y el 2) decidieron organizar una competencia para ver quiénes eran los más fuertes. Los números pares se sintieron muy seguros de sí mismos, ya que siempre estaban en parejas y siempre eran capaces de trabajar juntos. Los números impares no primos, por otro lado, se sintieron un poco más nerviosos, porque siempre estaban solos. Los números impares primos (y el 2), por último, se sentían muy confiados, ya que eran muy especiales y únicos. Eran más difíciles encontrarlos.

La competencia comenzó, y los números pares comenzaron a hacer todo tipo de trucos y acrobacias. Los números impares no primos también se esforzaron al máximo, pero a veces se caían porque no tenían a nadie con quien agarrarse. Los números impares primos (y el 2), por último, hicieron algunos trucos increíblemente difíciles, y impresionaron a todos con su habilidad. Generaron claves seguras para proteger la información y se usaban en criptografía. Los que no eran primos eran más fáciles de "romper".

Al final de la competencia, los jueces anunciaron que los números impares primos (y el 2) habían ganado. Los números pares y impares no primos se sintieron un poco tristes, pero al final aceptaron su derrota y felicitaron a los números primos por su victoria.

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